El Papa ora por el fin de la violencia en Tierra Santa

Saludando a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro desde la logia central de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco ofreció sus tradicionales buenos deseos en este día de Navidad con un mensaje seguido de su solemne bendición “Urbi et Orbi” a la ciudad y al mundo.
El Papa dijo que en estos tiempos, tristemente marcados por el “dolor y el silencio”, miramos hacia el lugar de nacimiento de Jesús, en Belén. Sin embargo, el nacimiento del Salvador allí y la proclamación del ángel: “Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor”, nos dan una gran esperanza porque “el Señor ha nacido por nosotros. ..el Verbo eterno del Padre, el Dios infinito, ha hecho Su hogar entre nosotros.”

Mirando partes del mundo donde la paz está distante, el Papa oró por el fin de la guerra que devasta las vidas de las personas en Israel y Palestina. Ofreció su consuelo al pueblo de Gaza y a toda la región y, en particular, a las comunidades cristianas.

Dijo que su “corazón está de luto por las víctimas del abominable atentado del 7 de octubre” y reiteró su “llamamiento urgente para la liberación de los que aún están retenidos como rehenes”.

El Papa abogó por “el fin de las operaciones militares con su terrible cosecha de víctimas civiles inocentes” y pidió “una solución a la desesperada situación humanitaria mediante una apertura al suministro de ayuda humanitaria” en Gaza.

Con el fin de la violencia, el Papa expresó su esperanza de que un “diálogo sincero y perseverante” con una fuerte voluntad política y apoyo internacional pueda llevar a resolver la “cuestión palestina”.

El Papa nombró a otras naciones que luchan por alcanzar la paz y la estabilidad, mencionando a Siria, Yemen y el Líbano en dificultades, asegurando a todos sus pueblos sus oraciones por su bienestar. Imploró la paz para Ucrania, pidiendo a todos “renovar nuestra cercanía espiritual y humana a su pueblo asediado” para que ellos también “puedan sentir la realidad concreta del amor de Dios”.