Opinión | Afrontar los desafíos económicos: José David Name Cardozo
La actual coyuntura nacional mueve nuestras preocupaciones e inquietudes respecto al presente y futuro de la economía colombiana, que continúa dando alarmantes señales de desaceleración.
El decrecimiento registrado el pasado mes de julio, demanda priorizar la agenda económica gubernamental, con medidas tendientes a acelerar la economía, que extingan las posibilidades de una recesión. Así como también, menguar las preocupaciones y tensiones en materia política, económica y tributaria que han prosperado de manera contraproducente en el país.
Son varios los factores que han influido para que se esté generando una contracción económica, que en el primer lugar de la cadena golpea fuertemente a las familias colombianas. Según los resultados del Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el crecimiento anual de la economía en julio de este año fue de 1,18% frente al mismo mes del año pasado, menos de lo esperado. Por otro lado, la inflación en los servicios públicos sigue menguando el gasto de los hogares en Colombia.
Con actividades secundarias como la construcción, la agricultura y la industria, registrando variaciones negativas; un Producto Interno Bruto (PIB) con una tasa de crecimiento trimestral en caída; y la cascada de bloqueos en las carreteras que, según la Andi, le han costado al país unos $1,9 billones, aumentan las preocupaciones sobre la salud financiera de la Nación.
A lo anterior hay que sumarle la baja ejecución presupuestal que han tenido los ministerios, que a mes de julio en su mayoría se encontraban por debajo del 40%, y también, la excesiva burocracia que se ha establecido con la creación de los cinco viceministros del Ministerio de la Igualdad, que le costarán a los colombianos, en solo gastos de nómina de planta, más de $3.600 millones mensuales.
La crítica centrada en el gasto y no gasto público del Ejecutivo, se da por la directa incidencia que tienen estas actuaciones en la dinámica de crecimiento del país.
En medio de este escenario, es urgente que el Gobierno proteja e incentive el desarrollo económico en los sectores que tradicionalmente han sido jalonadores como el campo, la construcción, la industria y la infraestructura. Hay que impulsar planes que fomenten la inversión, el crecimiento de la economía y la generación de empleo.
No estamos para que se genere más incertidumbre, se está impactando de manera dramática la economía nacional, por lo que necesitamos atraer inversiones y generar garantías.
El momento actual requiere más que nunca unidad nacional, profundizar la lucha contra la pobreza, innovar en el campo empresarial, acelerar los emprendimientos, ejecutar el presupuesto, implementar la austeridad inteligente del Estado, promover y hacer realidad el progreso de nuestras regiones, así como sellar la paz y reconciliación entre los colombianos. Solo de esta manera podremos afrontar los desafíos económicos que tenemos para los próximos meses y despejar las preocupaciones que hoy rodean el presente y el futuro social y económico del país.
Publicado en: La República