octubre 15, 2024

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El Papa: Nuestro valor no depende del éxito, sino de la belleza a los ojos de Dios

No determinar la propia autoestima en base al juicio de los demás o a los objetivos que se logran alcanzar, sino considerar el amor de Dios por cada uno, redescubierto cada día poniéndose en su presencia. Es lo que recuerda el Papa Francisco en la catequesis del IV Domingo de Pascua dedicada al Buen Pastor.

El Buen Pastor sacrifica su vida
Tres veces en el Evangelio de Juan, en el capítulo 10, se repite que el pastor da la vida por las ovejas. Jesús, explicó el Papa, no es solo un pastor bueno que comparte la vida con el rebaño; es el Buen Pastor, que por nosotros sacrificó la vida y, resucitado, nos dio su Espíritu. La aclaración se refiere al contexto histórico del tiempo del Mesías:

Ser pastor, especialmente en tiempos de Cristo, no era solo un oficio, sino toda una vida: no se trataba de tener una ocupación determinada, sino de compartir los días enteros, e incluso las noches, con las ovejas, de vivir en simbiosis con ellas. Jesús, de hecho, explica que no es un mercenario, al que no le importan las ovejas (cf. v. 13), sino el que las conoce (cf. v. 14). Él conoce las ovejas. Así es: el Señor, pastor de todos nosotros, nos conoce, conoce cada uno de nosotros, nos llama por nuestro nombre y cuando nos descarriamos, nos busca hasta que nos encuentra (cf. Lc 15,4-5).

El amor de Jesús no es un eslogan
Jesús no es sólo el guía, por tanto, Cabeza del rebaño, sino sobre todo quien piensa en cada uno de nosotros como el amor de su vida. Así lo precisa de nuevo Francisco, añadiendo:

Pensemos en esto: yo para Cristo soy importante, Él piensa en mi, soy insustituible, valgo el precio infinito de su vida. Y esto no es un modo de decir: Él dio realmente su vida por mí, murió y resucitó por mí, ¿por qué? Porque me ama y encuentra en mí una belleza que yo a menudo no veo.

 

Vatican News

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