Venezuela responde a críticas con retirada personal diplomático en 7 países de la región

El presidente panameño, José Raúl Mulino, anunció el lunes que retiraría a su personal diplomático en Caracas y que pondría “en suspenso” las relaciones con Venezuela, en una muestra de su cuestionamiento a los resultados de las elecciones presidenciales, desconocidos por varios países más, y a la proclamación oficial de Nicolás Maduro como presidente por otros seis años.
El gobierno venezolano, en respuesta, comunicó que haría regresar a todo su personal diplomático que se encuentra en la misión panameña y en otras seis más. El canciller Yvan Gil difundió un comunicado sobre la retirada de representantes en Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, República Dominicana y Uruguay, además de Panamá, y pidió a esas naciones que hicieran lo mismo con su personal en Venezuela.
Calificó las posiciones de los países vecinos de “injerencistas”, los acusó de estar “subordinados” a Washington y los vinculó con ideología del “fascismo internacional”. El comunicado del canciller apuntó además que el gobierno se reserva las acciones para defender y “hacer respetar” su derecho a la autodeterminación.
No precisó qué pasaría con los venezolanos cercanos a la campaña de la opositora Machado que están refugiados en la embajada argentina en Caracas.
El anuncio llegó horas después de la decisión de Panamá, que fue la postura más fuerte de un gobierno de la región hasta el momento sobre las elecciones en Venezuela.
Panamá aplicó en su decisión una doctrina que considera que los “regímenes que no respeten los derechos humanos y violen libertades no merecen reconocimiento diplomático”, explicó Mulino en una rueda de prensa en la que exigió la revisión de las actas electorales en Venezuela. “Demasiados abusos en Venezuela han ocurrido”, recalcó el mandatario.
Horas después, el gobierno venezolano dijo en un comunicado que suspendería temporalmente a partir del 31 de julio los vuelos comerciales desde y hacia Panamá y República Dominicana. La decisión afectará aún más la conectividad aérea de Venezuela, que está limitada desde hace al menos cinco años debido a las sanciones que enfrenta el gobierno de Maduro.
Por su parte, Perú avisó en un comunicado a los funcionarios diplomáticos venezolanos acreditados en Lima que tienen 72 horas para abandonar el país “debido a las graves y arbitrarias decisiones tomadas hoy por el régimen venezolano”.
El mismo lunes, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela proclamó oficialmente como presidente a Maduro, en su segunda reelección por seis años, después de que la noche del domingo difundiera resultados que daban al mandatario la victoria electoral con el 51% de los votos frente al 44 % de los obtenidos por Edmundo González.
El candidato opositor y la coalición a la que representó en las urnas denunciaron al final de la jornada electoral graves irregularidades en el proceso de conteo.
Panamá había expresado su esperanza de que el resultado de las elecciones en Venezuela ayudase a parar la incesante y masiva migración de ciudadanos que se origina en esa nación y que cruza por la selva del Darién, frontera con Colombia, con rumbo a Norteamérica.
Tras la difusión de los resultados de las elecciones, más de una docena de países del continente, como Estados Unidos, Argentina, Chile o Costa Rica, cuestionaron la transparencia con el que la autoridad electoral venezolana desarrolló el proceso e incluso desconocieron la victoria anunciada de Maduro.
Dudas sobre el escrutinio
Las reacciones desde otras naciones se sucedieron también el lunes con mensajes desde varios países que pusieron en duda los resultados y pidieron difundir públicamente las actas electorales.
Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay han expresado su profunda preocupación por el desarrollo de los comicios y exigieron la revisión completa de los votos, ante la presencia de observadores electorales independientes.
Anunciaron además que solicitarán una reunión urgente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) “para emitir una resolución que salvaguarde la voluntad popular”. La OEA, que no se pronunció sobre el tema, convocó a una reunión extraordinaria el miércoles para abordar el asunto.
Una postura similar de rechazo y preocupación manifestaron la noche del domingo Estados Unidos y Chile.
“La comunidad internacional debe seguir ejerciendo presión para que finalmente prevalezca la voluntad del pueblo venezolano”, expresó Jason Marczak, experto en asuntos latinoamericanos del Atlantic Council, en Washington. “No hacerlo significaría ser cómplice”, dijo al abrir una conferencia virtual de analistas sobre Venezuela.
Mientras, algunos gobiernos izquierdistas, que son aliados incondicionales del mandatario venezolano, le manifestaron un respaldo sin fisuras.